Vínculos entre democracia, derechos y formación docente

  Adriana Lisazo [1]

  Norma Perez [2]

[1] Secretaria General de UnTER seccional Bariloche.
[2] Secretaria Gremial y de Organización UnTER, seccional Bariloche

Tramas de la Formación Docente. Miradas desde el Sur / Año 2, n° 2 (2024), (pp. 27-29), diciembre, 2024, ISSN en linea: 2953-5522
Instituto de Formación Docente Continua Bariloche



Vivimos en un contexto donde se profundizan contradicciones, la dialéctica entre condiciones objetivas y subjetivas, promueve un tiempo de esperanza para intervenir, actuar, renovar e inventar sueños. Un tiempo que se vincula con el deseo por llegar a lo que todavía no se llegó, en palabras de Litwin (2008).

¿En este tiempo se puede reinventar el deseo y la necesidad?

Este tiempo invita a preguntarnos cómo se vincula nuestro deseo con la necesidad de sostener que la educación pública es una herramienta fundamental en la transformación de políticas públicas garantes de derechos y por el buen vivir. Desde esta definición política consideramos fundamental poder impactar en el proceso de la formación docente inicial, co-formándonos, como sujetos trabajadores/as en la educación, en constante transformación, en permanente diálogo entre teorías y prácticas, comprometides con la producción de conocimiento, en contextos complejos, diversos y cambiantes.

En tiempos de democracias debilitadas, la esperanza es un derecho. Se hace urgente pensar a ese docente en formación inicial y permanente, como sujeto político inmerso en un mundo laboral de reglas y estructuras preestablecidas, pero con la potencialidad de inventarlas y re inventarlas. Quienes protagonizamos prácticas educativas sabemos que ningún dispositivo pedagógico asegura ni da garantías para producir cambios cualitativos. Sin embargo, les que seguimos “luchando por producir la reflexión sobre nuestras prácticas para transformarlas” hemos aprendido que nuestra singularidad cobra sentido si puede inscribirse en un contexto grupal, en una construcción colectiva.

Lo sindical, como lugar emblema de lo colectivo en permanente transformación, interpela identidades, tensiona las narrativas hegemónicas de lo laboral, provoca movilizar pensamientos y acciones, da lugar al protagonismo del hacer político y a la construcción de la participación democrática. La UnTER seccional Bariloche comprende la importancia de la formación y convocó a diferentes instancias de encuentros para problematizar prácticas y nuestras condiciones laborales como trabajadores de la educación.

Cada convocatoria se planifica promoviendo la participación de compañeres en relación a diversas temáticas del quehacer cotidiano. Las propuestas están enmarcadas en las prácticas situadas, inmersas en el proyecto político que las condicionan.

Por eso, creemos importante desnaturalizar nuestras prácticas educativas como sujetos políticos y de deseos y así se constituye en uno de los objetivos de nuestra conducción sindical.

En tiempos de crueldad política se complejiza esta tarea. Se posterga lo importante. Sólo se alcanza a atender lo urgente, los emergentes, los imprevistos, lo que irrumpe.

¿Cómo hacer lugar entonces al detenerse, a la escucha, a las preguntas, a sentir, a indignarse? Hacemos propias las palabras de Paulo Freire (2011): les maestres debemos caminar con una legítima rabia, una justa ira, con una indignación necesaria, buscando transformaciones sociales.

Como defensores de los derechos conquistados y en la búsqueda de ampliarlos, nos cabe la responsabilidad de gestar articuladamente oportunidades para les docentes en formación y para quienes ya accedieron al trabajo: si la educación es un derecho, si el trabajo es un derecho, la formación político sindical nos posiciona en su defensa.