Ricardo Ramos [1]
Ana Samaniego [2]
Roque Fernando García [3]
[1][2][3] Instituto de Formación Docente Continua El Bolsón
Fecha recepción: 14 de marzo de 2023
Fecha aceptación: 20 de marzo de 2023
Tramas de la Formación Docente. Miradas desde el Sur / Año 1, n° 1 (2023), (93-96 pp.), mayo, 2023, ISSN en linea: (en trámite)
Instituto de Formación Docente Continua Bariloche
En el marco de las clases abiertas propuestas por la cátedra del Seminario de
Historia Regional de la Patagonia, del profesorado de Historia dentro del Instituto de
Formación Docente Continua El Bolsón (en adelante IFDC El Bolsón), el 23 de
noviembre del 2022 se realizó el último encuentro de un ciclo de conversatorios que
tuvieron como fin invitar a la comunidad comarcal y estudiantil a participar de
temáticas que interpelen el presente desde una mirada historiográfica crítica, desde
un enfoque y compromiso situado.
Mientras transcurría el cursado de la cátedra, tanto el profesor a cargo, como
estudiantes, cuestionaron cómo determinados abordajes de Historia Regional de la
Patagonia muchas veces carecen de la perspectiva de género, negando el
reconocimiento de una pluralidad y heterogeneidad de historias sobre aquellas
mujeres que la historia “oficial” aún se empeña por invisibilizar. Sumando a esto, la
carencia de obviar la perspectiva “porteñocéntrica” del corpus bibliográfico con el
que se cuenta la historia de mujeres en períodos diversos de esa historia
oficializada.
Quizás el motor, de este encuentro, fue tratar de buscar respuestas a las preguntas
problematizadoras surgidas al interior de la misma cátedra, entendiendo que nos
encontramos en la búsqueda de aprender a pensar colaborativa y colectivamente,
desde una mirada particularmente situada, contextualizada. Un aporte específico
para esta experiencia es la que nos brinda Anijovich, al referirse sobre las buenas
prácticas de enseñanza, que se define como “aquella con intencionalidades
definidas y explícitas, que promueve la interacción entre los alumnos y los docentes,
y entre los propios alumnos, y que transcurre en un espacio, tiempo y en un
contexto socioeconómico determinado. Es aquella en la que un docente, apelando a ideas o a recursos nuevos o existentes, encuentra un sentido, un para qué de ese
hacer, lo lleva a la práctica, recupera de modo reflexivo lo que ocurrió y puede
pensar en mejorar futuras acciones” (Anijovich; 31-32: 2021)
De estos interrogantes, y en búsqueda de ampliar y enriquecer la construcción de un
abordaje más complejo, y desde una mirada crítica que incluya aquellas voces e
historias poco estudiadas, valoradas y resignificadas, la cátedra se propuso invitar a
una referente y especialista a nivel regional en estudios de las mujeres y de género.
De este devenir, en noviembre de 2022, el IFDC El Bolsón tuvo el agrado de recibir a
la Doctora y profesora en Historia Laura Marcela Méndez, quien accedió
amablemente a viajar y compartir sus trabajos sobre Historia de las Mujeres en
nuestra región, quién compartió sus reflexiones a través de un análisis crítico y un
compromiso inagotable con la memoria de las mujeres de la Patagonia.
El encuentro llevó como título "’La polla triste tiene nombre’. Historia de Mujeres
Patagónicas 1850-1950”, incluyó la participación no solo del estudiantado, sino de
colegas, investigadores/as y docentes que apuestan en su trabajo cotidiano a
indagar por la deconstrucción en la Enseñanza de la Historia, al asignarle la merecida
relevancia que las mujeres tuvieron a lo largo de un pasado que siempre fue
decididamente opresor y desigual.
A través de su clase, y sus reflexiones la profesora nos invita a contextualizar el
periodo con un lenguaje muy ameno y accesible: finalizadas las expediciones
militares en la Patagonia, el Estado nacional se ocupó de incorporar a su órbita los
territorios indígenas más australes; y desde allí -podríamos decir- que nace una
necesidad por homogeneizar -en apariencia- a todas aquellas personas que logren
obtener la categoría de ciudadanos y ciudadanas. Pero naturalmente, como sucedió
a lo largo de la historia, las mujeres quedaron relegadas a una legislación, que rara
vez, pareció establecer derechos realmente iguales y justos hacia el entretejido
social. El estado de la cuestión se complejiza si atendemos a un revisionismo
tendencioso, que presenta a las mujeres como un colectivo heterogéneo, marcado
por las diferencias de clase, etnia, rango etario y adscripción territorial.
La clase propuesta enfatizó en la triada de opresión que las mujeres de los territorios
más australes del mundo sufrieron a lo largo de la historia en la región, dándole
nombre e identidad a aquellas mujeres que han sufrido las más fuertes
desigualdades que el capitalismo industrial pudo instalar en la Patagonia. Son estas
historias, en las que se nombra a mujeres como Juana, Samá, Bibiana Garcia, Berta y
la querida abuela de Laura Mendez, Eustaquia Perez, y que nos va narrando las
opresiones que han sufrido cada una de ellas, variando la perspectiva analítica de la
opresión que sufren a partir de su condición de clase, a la opresión que sufren por
su condición de género, sin descuidar su raíz étnica o identidad cultural. La posición
de la expositora, en este punto en particular, es claramente uno de los ejes
principales con la que guía y estructura su narración.
Es a partir de cada una de las historias que se va hilvanando y visibilizando cómo se
produce un sistema de opresión a estas mujeres y cómo se da, interseccionalmente,
la posterior dominación. Al dejar explicitado estos ejes, la clase avanza en
desmembrar la manera por la cuál esto se va instaurando en la sociedad patagónica,
a partir de qué medios y a partir de qué discursos se ha logrado, dejando entrever
un mensaje claro de continuidad histórica.
Pero esta tipificación no alcanza cuando hablamos de derechos otorgados y
ejercidos de igual manera. Laura también nos sugiere pensar que las
discriminaciones y opresiones se dieron de manera simultánea entre mujeres, que
por su posición económica y de origen, contaban con algunos pocos distintivos
privilegios (dueñas y patronas) pero que en la práctica cotidiana todas y cada una de
ellas compartían en común una opresión claramente más homogénea: el
patriarcado sustentado por la teoría androcéntrica.
Otro de los ejes principales con los que Laura lleva adelante su presentación parte
de poder darle voz a aquellas mujeres que la historia oficial siempre olvidó, o más
bien, siempre silenció. Incluso, el puntapié de la clase abierta es una cita de El Grito
de Sud, de 1812 en la que explicita lo que “el pito triste” y la historia han hecho con
las voces de estas mujeres: «Trescientos años de esclavitud y de tinieblas bastan
para exaltar a los americanos y gritar contra el fiero despotismo de sus antiguos
agresores, pero las desgraciadas mujeres habrán de enmudecer, aunque vean que
no se tenga providencia alguna que se dirija a mejorar su educación (...) las madres,
las esposas, las hijas, hermanas y compraticias de los americanos, nos les han
debido hasta ahora un solo rango de atención y liberalidad.» A partir de la cita nos
hace descubrir, a quienes participamos de esa charla, todo lo que hay detrás de esa
frase y cómo se construye el discurso patriarcal en el inconsciente colectivo y cómo
perduran en la historia.
Definitivamente, y cuando nos deslizamos sobre el final, la invitada recupera todo su
interés y compromiso personal, revalorizando la figura de Eustaquia: su abuela,
inmigrante pobre, habitante de la Patagonia en 1920, quién, en un cuaderno de tapa
marrón y guardado en la alacena, escribía con un lápiz que cada vez se hacía más
pequeñito. Escribía refranes, historias breves. Escribía historias. Las cuales Laura de
pequeña escuchó de primera persona. Éstas estaban llenas de experiencias y
sabiduría, de experiencias pasadas por el cuerpo. Cuando Eustaquia muere, Laura
quiso heredar aquellas anotaciones, aquellas historias escritas, por el significado y
por la memoria de Eustaquia, pero -sospecha Laura-, que como el cuaderno no
pertenecía a la obra y vida de un hombre, nadie lo encontró porque no hubo, al
parecer, ninguna intención de conservación, ni pizca de curiosidad. Desde allí, desde
una historia –en apariencia poco importante para la historia oficial a la que hicimos
mención- Laura nos acerca al estudio de la historia oral y la memoria. Desde la figura
de una mujer cuya vida doméstica nos recuerda a aquellos roles asumidos
femeninos del pasado, cuidando y compartiendo crianzas, enseñando valores y
transmitiendo desde la oralidad y la escritura (olvidada por los sistemas opresores
mencionados) las historias más invisibilizadas. Recuperando la publicación reciente,
que nos vuelve a traer a Eustaquia, Laura y otras mujeres que participan de la
creación de Nosotras somos Ellas (2023) rescatamos su palabra diciendo: “Hoy,
mirando para atrás, creo que esa fue la punta del ovillo de una madeja destinada a
tejer historias de mujeres en la intención de presentarle batalla al olvido y mostrarlas
como sujetas históricas” (Méndez; 2023: 17).
De manera disparadora e inspiradora, la docente abre el juego a historias de
mujeres patagónicas silenciadas y oprimidas por la historia. Las historias
contextualizadas de mujeres patagónicas cobran vida gracias a la historia oral, a la
historia que nos remite y nos comparte tanto en sus escritos como en clases abiertas
Laura Méndez, sin despojarse -claro está- de sus convicciones.
Bibliografía
Anijovich, R., & Mora, S. (2021). Estrategias de enseñanza: otra mirada al quehacer en el aula. Ciudad Autónoma de
Buenos Aires: Aique Grupo Editor.
Mendez, L. (2023). Nosotras somos ellas: cien años de historias de mujeres de la Patagonia. Neuquén: Editorial
Universitaria del Comahue.